Sin fin - El crecimiento se agita

Curaduría y texto: Textos: Florencia Walfish, Leandro Comba

MARCELO VILLEGAS
El crecimiento se agita

Yo creo que hay un centro, un espacio que avanza. Hice un plano, un templo antiguo visto desde el cielo. Lo primero es redondo, lo primero es una línea recta. En cada recta hay otra recta, en cada punto, un punto. Abrigo la insistencia de un lugar ficticio y verdadero.

Construí mi casa en un hacer sagrado, un sedimento blanco nutrido de silencio. Mi cuerpo aloja voces: pequeñas rectas viven, se desprenden. Abren cuadrados diminutos, suspendidos como estrellas. Titilan en un espacio inmenso: huecos nacidos de una incisión precisa, de mi pulso que tiembla.

Lo callado respira. Escuchar ese sonido: la diagonal que crece hasta saltar el límite. Un estallido sin desorden, otro caos: correr artistas, desplazarse. Cada plano se proyecta hacia lo plano. La lona es leve, la madera grávida: el sustento de lo suave, de lo firme.

Las hendiduras rectas se suavizan, se desmarcan. Y cada tajo sólido trae ese origen blanco. Soy el latido de esta oscilación desnuda, despojada. Restar para volver visible, crecer sacando. Reuní marcas vibrantes, imperfectas. Hice una rueda, la rueda de la rueda.

Voy hacia ese origen: la ficción de lo visible, el modo en que la forma existe ante nosotros. Deshago, sustraigo, la vuelvo nítida para entender de qué está hecha. Todo es apariencia, un espejo de lo que no vemos. Lo negro es el espacio, lo blanco es lo invisible.

Tengo dentro una sombra, una luz. La geografía de un universo. Ángulos de un hueso, líneas de una célula. ¿Cómo delinearías el contorno de la ausencia? ¿Qué nombre tiene lo que no es contorno?

Ahora sumo capas, negro sobre negro. Despliego concentrando: la geología alterada de lo hondo. Un estado oscuro que traspaso, la condición del hueco. La operación se vuelve alquimia: pongo vacío y la oscuridad ilumina.

Tengo el ardor de haber mirado. El mundo es un fuego invertido: un viaje hacia los ojos. Lo más grande es lo que falta, la materia de lo que no vemos. El infinito es cóncavo. La forma no es la forma: es su reverso.

Es simple: lo complejo es invisible. La forma es un sobrante, lo adyacente de lo inmenso. Yo sé que existe un centro. Un espacio que avanza.

Florencia Walfish, marzo 2018

MARÍA SUARDI
Sin fin

Como un dispositivo sin fin que conecta no solo espacialmente sino a través del tiempo zonas extremas de un mismo proceso.

O como un fragmento de diagrama de las arquitecturas ficcionales de los Archigram en el Londres de los años setenta y sus planteos de ciudades en red, flexibles y modulares, descubriendo la estrecha relación entre juego y cultura técnica.

O como las propuestas conceptuales del Metabolismo japonés asociadas a un crecimiento urbano orgánico a partir de células conectadas a una megaestructura.

O como ciertos sistemas abiertos en los que se advierte la dualidad todo-parte y que por ello están dotados de una enorme flexibilidad constructiva.

O como las composiciones en cadena en donde los elementos se acoplan y desacoplan dentro de una trama base y generan una matriz compleja de gran vitalidad y expresividad.

Leandro Comba

Curaduría y texto: Textos: Florencia Walfish, Leandro Comba

MARCELO VILLEGAS
El crecimiento se agita

Yo creo que hay un centro, un espacio que avanza. Hice un plano, un templo antiguo visto desde el cielo. Lo primero es redondo, lo primero es una línea recta. En cada recta hay otra recta, en cada punto, un punto. Abrigo la insistencia de un lugar ficticio y verdadero.

Construí mi casa en un hacer sagrado, un sedimento blanco nutrido de silencio. Mi cuerpo aloja voces: pequeñas rectas viven, se desprenden. Abren cuadrados diminutos, suspendidos como estrellas. Titilan en un espacio inmenso: huecos nacidos de una incisión precisa, de mi pulso que tiembla.

Lo callado respira. Escuchar ese sonido: la diagonal que crece hasta saltar el límite. Un estallido sin desorden, otro caos: correr artistas, desplazarse. Cada plano se proyecta hacia lo plano. La lona es leve, la madera grávida: el sustento de lo suave, de lo firme.

Las hendiduras rectas se suavizan, se desmarcan. Y cada tajo sólido trae ese origen blanco. Soy el latido de esta oscilación desnuda, despojada. Restar para volver visible, crecer sacando. Reuní marcas vibrantes, imperfectas. Hice una rueda, la rueda de la rueda.

Voy hacia ese origen: la ficción de lo visible, el modo en que la forma existe ante nosotros. Deshago, sustraigo, la vuelvo nítida para entender de qué está hecha. Todo es apariencia, un espejo de lo que no vemos. Lo negro es el espacio, lo blanco es lo invisible.

Tengo dentro una sombra, una luz. La geografía de un universo. Ángulos de un hueso, líneas de una célula. ¿Cómo delinearías el contorno de la ausencia? ¿Qué nombre tiene lo que no es contorno?

Ahora sumo capas, negro sobre negro. Despliego concentrando: la geología alterada de lo hondo. Un estado oscuro que traspaso, la condición del hueco. La operación se vuelve alquimia: pongo vacío y la oscuridad ilumina.

Tengo el ardor de haber mirado. El mundo es un fuego invertido: un viaje hacia los ojos. Lo más grande es lo que falta, la materia de lo que no vemos. El infinito es cóncavo. La forma no es la forma: es su reverso.

Es simple: lo complejo es invisible. La forma es un sobrante, lo adyacente de lo inmenso. Yo sé que existe un centro. Un espacio que avanza.

Florencia Walfish, marzo 2018

MARÍA SUARDI
Sin fin

Como un dispositivo sin fin que conecta no solo espacialmente sino a través del tiempo zonas extremas de un mismo proceso.

O como un fragmento de diagrama de las arquitecturas ficcionales de los Archigram en el Londres de los años setenta y sus planteos de ciudades en red, flexibles y modulares, descubriendo la estrecha relación entre juego y cultura técnica.

O como las propuestas conceptuales del Metabolismo japonés asociadas a un crecimiento urbano orgánico a partir de células conectadas a una megaestructura.

O como ciertos sistemas abiertos en los que se advierte la dualidad todo-parte y que por ello están dotados de una enorme flexibilidad constructiva.

O como las composiciones en cadena en donde los elementos se acoplan y desacoplan dentro de una trama base y generan una matriz compleja de gran vitalidad y expresividad.

Leandro Comba