Intenciones muralistas - Mimi Laquidara

Desde: 13 mar 2020

| Hasta: 16 may 2020

Curaduría y texto: Texto: Analía Solomonoff

Intenciones muralistas

Punto de fuga inconcluso. Objetos alineados que se disparan al infinito. Dibujos que reiteran la existencia de las cosas y que dejan registro de su paso por este mundo. La intención de dibujar todo, de invadir el espacio público, y el íntimo también.

Dije: la intención de dibujar todo donde debería haber dicho de invadirlo todo. Un mural del mundo, de todas las cosas, un mural inacabado y siempre dispuesto a incluir un objeto más, un dibujo más.

Mimi Laquidara mide el tiempo y su reloj de arena consiste en dibujar, el tiempo del dibujo (me escribió en un mail). Es disminuir la velocidad, dibujar un objeto para que su ritmo sea otro.

Producir 5.000.000.000 de botellas de plástico, tic, tac, tic, tac, tic, tac. Tiempos de producción los nuestros, de hacer, de repetir, de mecanizar. Objetos, miles de millones que no tienen autor, creadores anónimos. Mimi pinta una botella de plástico y le pone su nombre. Es suya.

Le pone fin al metrónomo pendulante, congela y vuelve inmortal esa botella, la que eligió: no habrá otra igual porque yo la dibujé. ¿Cuál dibujaste tú? ¿Cuál es tu objeto inmortal?, parece provocadoramente preguntarnos.

¿Cuándo nos detendremos? ¿Producir es vivir? Me pregunto.

Ella explora nuevas geografías, aterriza en nuevos paisajes, diagnostica. Reconoce y desconoce continuamente para que, en esa danza que es el viaje, una nueva coreografía se asome a través del trazo constante de objetos: una llave, un trapeador, una escoba, una caja de cerillos, una bolsa de azúcar, un chile (entre otros, diríamos).

Una lista de súper: no olvidemos comprar nada, hagamos una lista de todo lo que necesitamos, y de lo que no, también. Apúntalo, memorízalo, cierra los ojos y repasa todo de nuevo.

Los dibujos de Mimi Laquidara son fantasmas de objetos que fueron, son posibilidades de otras encarnaciones. Es una idea que me vino a la cabeza y la escribo aquí.

Volvamos a la lista: “Maestro Limpio”, “Hielo Iglú”, jabón en polvo “Roma”, “Aguafiel”, cerillos “Maya”, chile “Tajín” (entre otros, diríamos).

Intenciones muralistas es México, un pedazo expropiado, apropiado, un recurso para no olvidar, una mudanza, un cacho de cuerpo en otro lado, presencias y ausencias.

Estamos hablando de México, de objetos que lo definen y redefinen para hablar de otras cosas. Un dibujo que ahora invade otro rincón, otro lugar, el nuestro. México, te extrañamos, ¿verdad Mimi?

Analía Solomonoff

Curaduría y texto: Texto: Analía Solomonoff

Intenciones muralistas

Punto de fuga inconcluso. Objetos alineados que se disparan al infinito. Dibujos que reiteran la existencia de las cosas y que dejan registro de su paso por este mundo. La intención de dibujar todo, de invadir el espacio público, y el íntimo también.

Dije: la intención de dibujar todo donde debería haber dicho de invadirlo todo. Un mural del mundo, de todas las cosas, un mural inacabado y siempre dispuesto a incluir un objeto más, un dibujo más.

Mimi Laquidara mide el tiempo y su reloj de arena consiste en dibujar, el tiempo del dibujo (me escribió en un mail). Es disminuir la velocidad, dibujar un objeto para que su ritmo sea otro.

Producir 5.000.000.000 de botellas de plástico, tic, tac, tic, tac, tic, tac. Tiempos de producción los nuestros, de hacer, de repetir, de mecanizar. Objetos, miles de millones que no tienen autor, creadores anónimos. Mimi pinta una botella de plástico y le pone su nombre. Es suya.

Le pone fin al metrónomo pendulante, congela y vuelve inmortal esa botella, la que eligió: no habrá otra igual porque yo la dibujé. ¿Cuál dibujaste tú? ¿Cuál es tu objeto inmortal?, parece provocadoramente preguntarnos.

¿Cuándo nos detendremos? ¿Producir es vivir? Me pregunto.

Ella explora nuevas geografías, aterriza en nuevos paisajes, diagnostica. Reconoce y desconoce continuamente para que, en esa danza que es el viaje, una nueva coreografía se asome a través del trazo constante de objetos: una llave, un trapeador, una escoba, una caja de cerillos, una bolsa de azúcar, un chile (entre otros, diríamos).

Una lista de súper: no olvidemos comprar nada, hagamos una lista de todo lo que necesitamos, y de lo que no, también. Apúntalo, memorízalo, cierra los ojos y repasa todo de nuevo.

Los dibujos de Mimi Laquidara son fantasmas de objetos que fueron, son posibilidades de otras encarnaciones. Es una idea que me vino a la cabeza y la escribo aquí.

Volvamos a la lista: “Maestro Limpio”, “Hielo Iglú”, jabón en polvo “Roma”, “Aguafiel”, cerillos “Maya”, chile “Tajín” (entre otros, diríamos).

Intenciones muralistas es México, un pedazo expropiado, apropiado, un recurso para no olvidar, una mudanza, un cacho de cuerpo en otro lado, presencias y ausencias.

Estamos hablando de México, de objetos que lo definen y redefinen para hablar de otras cosas. Un dibujo que ahora invade otro rincón, otro lugar, el nuestro. México, te extrañamos, ¿verdad Mimi?

Analía Solomonoff