El arroyo otoñal
22 mar 2024
El arroyo otoñal. Obras 2019-2024.
Diego Obligado Galería de Arte
22 de marzo de 2024
Xue T’ao nació en 760 en Xian, China. Fue poeta, calígrafa y prostituta. El arroyo otoñal es una de las pocas poesías que sobrevivió. Fue publicada en la Antología de poetas prostitutas en 2015. Goujian Chen —encargado de la selección, el estudio y la traducción— nos presenta esta versión:
El arroyo otoñal
Cristalino arroyo color frígido,
envuelto en neblinas.
Diez cuerdas de cítara
susurrando desde lejos.
El son llega hasta mi almohada,
despertando mis amorosas añoranzas.
Triste, no puedo conciliar el sueño.
Sin embargo, podemos encontrar también una segunda traducción. La versión deriva de una edición en inglés a cargo de Kenneth Rexroth y Ling Chung de 1973:
El arroyo en otoño
Se ha puesto claro como el cristal, últimamente,
y fluye como una cinta de humo
con una música como de una cítara de diez cuerdas.
El sonido penetra hasta mi almohada,
y me hace pensar en amores pasados
y no me deja dormir de melancolía.
La primera versión de El arroyo otoñal llega a manos de Marcelo Villegas por recomendación de un amigo. Es a partir de este texto melancólico y sensorial que inicia una serie de piezas del mismo nombre. Esta constelación de obras configura un sistema de trabajo, un universo equilibrado y profundo. Se trata de un juego de acciones sobre materiales que se desarrollan conforme ciertas reglas.
El trabajo de Villegas se formula siempre desde sus propias leyes. Diseña mundos —que como la matemática, el ajedrez o la música— encuentran su expansión en la invención de ingenios sutiles. Claro, que en esta ocasión ha viajado lejos y el gesto anguloso aparece como estructurador de una imagen nueva y desconocida.
Las líneas trazadas con trincheta sobre foamboard negro instauran un modo caligráfico que sustenta todo el conjunto de obras. Conforman sombras vacilantes, vibrantes en su andar y fluir. En este cosmos el orden de origen no sigue de ninguna manera las radiciones occidentales del arte. El dibujo sobre papel llega después, es la traducción a una nueva superficie con una herramienta distinta.
Villegas opera en el límite. Tensiona las reglas que propone. Construye una lengua para traducirla y mutarla. Encuentra en estas distancias —mínimas, a veces indetectables— la posibilidad de un lenguaje que migra entre materiales, herramientas y disposiciones corporales.
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Gracias a Verónica Laurino y a Jorge Grasso
Georgina Ricci














